PERÓN EL CHE Y LA HISTORIA OCULTA.
Por Rodolfo Omar Gianfelici
PrensaMare
SANTA FE-ARGENTINA - De Ernesto Guevara, el Che, se ha dicho mucho.
Tanta es la importancia que ha adquirido en el mundo, que sus máximos enemigos, al no poder derrotarlo, debieron buscar la forma de asimilarlo, de domesticarlo y de transformarlo en un “afiche”.
Esa política de robo y lavaje al que ha sido sometido tiene el objetivo de convertirlo en algo “de todos los días”, elevándolo al máximo nivel del mercantilismo.
Para quitarle todo contenido humano, idealista, ideológico y de compromiso.
Es lógico: sus asesinos han ido reencarnando y no dudan en recurrir a la inmoralidad para ratificar el temor que les genera.
No por sus armas cargadas -porque en tal sentido lo derrotaron-, sino por su moral. En ese camino inescrupuloso de mentiras y ocultaciones, se incorporaron los oportunistas de siempre; los que le cantan, lo idolatran, lo veneran, lo patentizan con la seguridad –y tranquilidad propia- que el Che está físicamente muerto.
Inclusive algunos de los más capitalistas y fondomonetaristas políticos argentinos han salido a homenajearlo y hasta rindirle homenaje en su ciudad natal; y le han tributado una estatua… Increíble.
Sin embargo los medios de comunicación, los formadores de opinión (cuyas morales de escribas al servicio de…), no han dudado en escribir sobre él y hasta halagarlo.
También hicieron su macabro aporte, los políticos (de izquierdas y derechas) que directamente esconden o tergiversan escritos, manifestaciones, expresiones y pensamientos.
Lo cierto que muchas de la cosas de ese argentino (nacido el 14 de junio de 1924), se están perdiendo por la sagacidad de los mentirosos y es bueno –de vez en cuando- salir a demostrar que existen verdades silenciadas.
Porque de lo contrario se corre el riesgo que además del uso mercantilista de su imagen, quede en la historia una suerte de adaptación libre de su discurso.
Guevara fue el enemigo del radicalismo frondicista; también del radicalismo de Illía; y de los militares argentinos (de las décadas de 1950 y la siguiente).
Los colaboradores del presidente Arturo Frondizi no querían saber absolutamente nada de relaciones con Cuba.
Eran tiempos tormentosos en el continente en medio de la “guerra fría” (entre EEUU y la URSS) y prácticamente todo el funcionariado radical de ese entonces veía a EEUU como la gran guía económica e ideológica.
El “progresismo” solamente existía para “lo cultural”.
En la etapa seudo-democrática del radical Arturo Illía, el accionar guerrillero del periodista argentino-cubano Jorge Ricardo Masetti, sufrió la respuesta del gobierno, que desarrolló medida anti-insurgente en el nor-oeste argentino, con intervención de Gendarmería Nacional, Ejército, Policía de Salta, Inteligencia de la Nación y el aporte de informaciones de expertos estadounidenses (Masetti inicia su accionar foquista en Salta en 1963 y para abril del año siguiente sus integrantes ya estaban todos presos, muertos o desaparecidos.
Ver “Carta de Masetti a Illía”).
Con la asunción del dictador Onganía, las cosas estaban un poco más claras para los gobernantes. No existía posibilidad alguna de eufemismo o equivocación.
Los “castrocomunistas” eran el mayor peligro de la Nación, junto a los peronistas.
Acompañaban como colaboradores del dictador Onganía en esa posición “occidental y cristiana”, el canciller Nicanor Costa Méndez y el embajador en EEUU: el economista Alvaro Alsogaray.
El Jefe del Ejército era su hermano, Julio Alsogaray. Al frente de inteligencia (la SIDE) estaba el general Roberto Marcelo Levingston.
A mediados de 1966 habían asumido el poder formal los uniformados, y antes de fin de ese año ya estaban al corriente que el Che había llegado para instalarse en Sud América.
El accionar guerrillero en el norte argentino buscaba que EEUU debiera involucrarse y distraerse, alivianando las presiones que ejercía sobre Cuba y Vietnam.
La operación en verdad era tan importante para el Che envió junto a Masetti a dos de sus guardaespaldas y hombres de máxima confianza: Hermes Peña y Alberto Castellanos.
En todos esos años -y antes- Guevara nunca se manifestó contrario al peronismo; ni cuestionó a Juan Perón.
Sin embargo las izquierdas y las derechas de Argentina se encargaron de mentir escandalosamente sobre este tema.
HECHO 1: En el año 1955, Guevara –que estaba en México- dio muestras escritas de su posición contraria a las acciones terroristas y golpistas del anti-peronismo.
HECHO 2: En los comienzos de la década de los ´60. Guevara considera necesario un encuentro con Juan Perón para analizar la situación política de Sud América.
Cuando se produjo la oportunidad, el Che –estando en Europa- logra engañar las acciones de espionaje que sufría -tanto de EEUU como de la URSS- y llega a Puerta de Hierro en Madrid (España).
Lo hace disfrazado de sacerdote, entre fines de marzo y comienzo de abril de 1964.
El Che expone a Perón su idea de iniciar un movimiento armado buscando la insurrección, desde Bolivia.
Perón le da su opinión en contrario, atendiendo a sus conocimientos militares, estratégicos y sociales.
HECHO 3: A mediados de 1963 Guevara efectúa una importante ayuda económica a Perón.
Y desde la embajada cubana en Argelia, se facilita que dos personas cercanas al líder argentino, puedan realizar negocios (con cigarros cubanos) para que el peronismo dispusiera de una herramienta recaudadora.
Estos hechos citados, han sido y son sagazmente ocultados por las diferentes corrientes ideológicas argentinas.
Es que el seudo-progresismo o izquierdismo es proclive y se siente a gusto desde una posición abiertamente anti-peronista.
En ello el grueso de la “intelectualidad” ha sido coherente y consecuente.
Mientras algunos intelectuales han realizado una revisión de la historia, del presente y de sus pensamientos, acercándose al peronismo, otros prefirieron el facilismo y el des-compromiso.
Y al no poder entender ni al peronismo ni mucho menos a Guevara, decidieron recurrir a la negación de la existencia.
Borran la historia. Hacen desaparecer los hechos.
En ese sentido, el propio Che sufrió similares padecimientos.
Tanto es así que en Bolivia los izquierdistas defensores de la política internacional de la llamada “guerra fría” y de subordinación “revolucionaria” a Moscú, terminan por aislarlo, por dejarlo solo; sin recursos, sin ayudas, sin comunicaciones.
Su lógica captura fue la consecuencia clara de no contar con un verdadero apoyo –como le habían prometido-, porque el compromiso y el idealismo guevarista superaba la escueta miradas de los burócratas políticos.
Es así que cuando la CIA detecta que el Che habría entrado en Brasil en setiembre de 1966, a partir de allí se pone en alerta a todos los gobiernos de la región: Brasil, Paraguay, Argentina, Uruguay, Chile y Bolivia.
Los militares argentinos de máximo rango tenían miedo que el Che quisiera instalarse en el monte de Tucumán.
Pensaban que podían seguirlo los peronistas.
Sin embargo Guevara había sacado perfectas conclusiones de su reunión con Perón y entendido qué significaba el peronismo para el pueblo argentino.
Era conciente que su intención insurreccional en Argentina hubiera significado un fracaso si pretendía depender de los peronistas.
No solo por el aislamiento que las bases le hubieran hecho, sino porque desde el mismo PC (Partido Comunista), lo habría rechazado.
Tanto el Che como Perón se han expresado en forma escrita (además de los hechos a analizar, entender e interpretar) respecto al peronismo y al revolucionario, respectivamente.
Existen documentos que las izquierdas y las derechas esconden.
OPINIÓN 1: En la exhibición del oportunismo, un personaje antinacional y antipopular de Argentina quiso aprovechar la gesta revolucionaria del Che en Cuba. Fue el marino Isaac Francisco Rojas, quien luego de producido el triunfo libertador y revolucionario de Fidel, el Che y Cienfuegos expresó: “El Éxito revolucionario es un triunfo que traerá la alegría no sólo a Argentina, sino también a toda América y a todo el mundo libres” (diario Buenos Aires Herald, 03-01-1959). El marino, que fuera uno de los máximos responsables del golpe de 1955 y se convirtió en uno de los crueles exponentes de las persecuciones, torturas y fusilamientos, pretendió igualar su accionar terrorista, con el de la Revolución cubana.
OPINION 2: Posteriormente fue el turno del escritor Ernesto Sábato, que dirige una carta al Che, a La Habana. Buscó igualar la autodenominada “revolución libertadora” de 1955 en Argentina, con lo ocurrido en Cuba. Pretendió darle el mismo carácter político y “libertador” a la dictadura de Lonardi-Rojas-Aramburu (que él apoyaba y de la que fue funcionario), que la lucha revolucionaria cubana, contra la tiranía de Fulgencio Batista. Ante tamaña muestra de falta de escrúpulos y de mediocridad histórica, es el propio Guevara el que se encarga de contestarle a Sábato y de poner las cosas en claro. En la respuesta le dice al ex-comunista argentino (adherente a la tiranía aramburiana y años más tarde de la dictaduras de 1966 y 1976): “…Sería difícil explicarle porqué “esto” no es revolución libertadora; quizás tendría que decirle que le vi las comillas a las palabras que Ud denuncia en los mismos días de iniciarse, y yo identifiqué aquella palabra con lo mismo que había acontecido en una Guatemala que acababa de abandonar, vencido y casi decepcionado. Y, como yo, éramos todos los que tuvimos participación primera en esta aventura extraña y los que fuimos profundizando nuestro sentido revolucionario en contacto con las masas campesinas, en una honda interrelación, durante dos años de luchas crueles y de trabajos realmente grandes. No podíamos ser “libertadora” porque no éramos parte de un ejército plutocrático sino éramos un nuevo ejército popular, levantado en armas para destruir el viejo; y no podíamos ser “libertadora” porque nuestra bandera de combate no era una vaca, sino, en todo caso, un alambre de cerca latifundaria destrozado por un tractor, como es hoy la insignia de nuestro INRA. No podíamos ser “libertadora” porque nuestras sirvienticas lloraron de alegría el día que Batista se fue y entramos en La Habana y hoy continúan dando datos de todas las manifestaciones y todas las ingenuas conspiraciones de la gente “Country Club” que es la misma gente “Country Club” que Ud conociera allá y que fueran a veces sus compañeros de odio contra el peronismo. Aquí la forma de sumisión de la intelectualidad tomó un aspecto mucho menos sutil que en la Argentina. Aquí la intelectualidad era esclava a ciegas, no disfrazada de indiferente, como allá, y mucho menos disfrazada de inteligente; era una esclavitud sencilla puesta al servicio de una causa de oprobio, sin complicaciones; vociferaban, simplemente. Pero todo esto es nada más que literatura. Remitirlo a Ud, como lo hiciera Ud conmigo, a un libro sobre la ideología cubana, es remitirlo a un plazo de un año adelante… En la Sierra Maestra, un dirigente comunista que nos visitara, admirado de tanta improvisación y de cómo se ajustaban todos los resortes que funcionaban por su cuenta a una organización central, decía que era el caos más perfectamente organizado del universo. Y esta Revolución es así porque caminó mucho más rápido que su ideología anterior. Al fin y al cabo Fidel Castro era un aspirante a diputado por un partido burgués, tan burgués y respetable como podía ser el partido radical en Argentina…” (La Habana, 12-4-1960). El Che deja perfectamente en claro que los “libertadores” argentinos no tienen nada que ver con ellos. Con una claridad justa y precisa, le explica a Sabato en qué lugar se sitúa su pensamiento político y dónde está el del escritor. El Che integra “un ejército popular”, “las masas campesinas” y “nuestras sirvienticas”. Del otro lado –del de Sabato- está el “ejército plutocrático”, la “gente Country Club”, “sus compañeros de odio contra el peronismo”, la intelectualidad “disfrazada de indiferente” y “de inteligente”.
OPINIÓN 3: En una carta, Guevara dice: “…para quienes no hay escapatoria posible ante la historia es para los mierdas de los aviadores que después de asesinar gente a mansalva se van a Montevideo a decir que cumplieron con su fe en Dios; es impresionante que la gente llore porque le quemaron su iglesia dominguera , pero le parece la cosa mas natural del mundo que revienten la cantidad de "negros" que reventaron. No te olvides que muchos de ellos fueron a morir por un ideal, pues eso de la compulsión no puede ser cierta sino en parte, en todo caso, y que cada "negro" tenía su familia que mantener, y que los tipos que dejan en la calle a la familia del "negro" son los mismos que se van al Uruguay a darse golpes de pecho por la hazaña de machos. Otra cosa importante es la cantidad de "gente bien" que murió fuera de los casos fortuitos, eso mismo indica el carácter de la gente que iba a derrocar a Perón y el futuro que esperaría a una Argentina gobernada por un Olivieri o por un Pastor, que para el caso es lo mismo. ..... Olivieri o Pastor, o el que fuera, tirarían o tirarán - que todavía no se aclaró todo,- contra el pueblo o la primera huelga seria y entonces no habrá chicos de Inchauspi (1) que mueran, pero matarán a cientos de "negros" por delito de defender sus conquistas sociales y La Prensa dirá muy dignamente que es ciertamente muy peligroso el que trabajadores de una sección vital del país de se declaren en huelga..La forma en que la prensa de México trató el asunto no deja lugar a dudas, fuera de que algún comentarista muy ligado a la Casa Blanca insinuaba que lo que había de disolvente en Perón (disolvente para la compactación del mundo libre) era la tendencia neutralista de éste y su propensión a comerciar con los países detrás de la cortina. (1) Inchauspi: joven de la oligarquía que murió durante los sucesos del 16/6/55”.
Fue una carta dirigida a su madre, desde México, 20-7-1955. El Che se refiere al acto terrorista de los marinos que en junio de 1955 bombardearon el centro de la Ciudad de Buenos Aires asesinando a más de 300 personas. Luego escaparon y se “refugiaron” en Uruguay.
OPINION 4: En otra carta manifiesta: “Querida vieja: Esta vez mis temores se han cumplido, al parecer, cayó tu odiado enemigo de tantos años; por aquí la reacción no se hizo esperar: todos lo diarios del país y los despachos extranjeros anunciaban llenos de júbilo la caída del tenebroso dictador; los norteamericanos suspiraban aliviados por la suerte de 425 millones de dólares que ahora podrían sacar de la Argentina; el obispo de México se mostraba satisfecho de la caída de Perón, y toda la gente católica y de derecha que yo conocí en este país se mostraba también contenta; mis amigos y yo no; ......Te confieso que la caída de Perón me amargó profundamente, no por el, por lo que significa para toda América, pues mal que te pese y a pesar de la claudicación forzosa de los últimos tiempos, Argentina era el paladín de todos los que pensamos que el enemigo está en el norte. Para mi, que viví las amargas horas de Guatemala, aquello fue un calco a distancia, ..Tal vez en el primer momento no verás la violencia porque se ejercerá en un círculo alejado del tuyo. "Quien sabe que será mientras tanto de tu hijo andariego. Tal vez haya resuelto sentar sus reales en la tierra natal (única posible) o iniciar una jornada de verdadera lucha”.
Guevara se comunicaba con su madre desde México, 24-9-1955. Fue escrita días después del derrocamiento el 16-9-1955 de Juan Perón.
OPINIÓN 5: Otra carta es dirigida a: “Querida Tita: ...Desde aquí no se puede decir nada en absoluto, pero el unánime júbilo de Estados Unidos y los católicos, sumado a las declaraciones de la nueva junta y el hecho de que todos eran militares, está dando una idea de lo que será esta nueva liberación. Con todo el respeto que me merece Arbenz (totalmente diferente a Perón desde el punto de vista ideológico) la caída del gobierno argentino sigue los pasos de Guatemala con una fidelidad extraña…”.
Estaba fechada el 24-9-1955; días después del derrocamiento de Perón. Tita Infante era una amiga del Che residente en Buenos Aires.
OPINIÓN 6: Nueva carta: “Mi muy querida Tiíta:… Como te imaginarás, el gusto que tendrás vos frente a la caída del tirano es exactamente inverso al que siento yo, será tal vez por un innato deseo de que me tengan el bozal bien firme y me den una sobadita de lomo de vez en cuando. Yo no sé bien por qué será, pero sentí la caída de Perón un poquito. La Argentina era una ovejita gris pálido, pero se distinguía del montón: ahora ya tendrá el mismo colorcito blanco de sus 20 primorosas hermanas; se dirá misa con mucha asistencia de agradecidos fieles, la gente bien podrá poner en su lugar a la chusma; los norteamericanos invertirán grandes y beneficiosos capitales en el país, en fin, un paraíso. Yo francamente no sé porqué, añoro el color gris de la ovejita...".
Guevara fecha la misiva en México, el 7-10-1955 y se la dirige a su tía Beatríz.
OPINIÓN 7: En un discurso expresa Guevara: “…Todo es parte de una sola lucha y es verdad cuando el imperialismo nos llama con un denominador común, aún cuando uno se reconozca comunista, o socialista o peronista, o cualquier otra ideología política en determinado país, solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios… En Cuba la revolución la hizo el 26 de julio: Fidel con su puñado de locos como yo, no lo ideólogos del comunismo. Y en la Argentina, las masas obreras saborearon por primera vez algo del poder gracias al loco de Perón y en contra de los comunistas".
Corresponde al Discurso a los argentinos, de fecha 25/5/1962.
OPINIÓN 8: Por su parte Perón, desde Madrid expresa: “Hoy ha caído en la lucha, como un héroe, la figura joven más extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara. Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor; un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazó le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir… He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo que fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿qué edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Yrigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía. Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Y vaya si el Che los enmendó!”.
Juan Perón en su Mensaje a los peronistas, al enterarse de la muerte del Che, Madrid, octubre de 1967.
OPINIÓN 9: Al año siguiente en una carta, Perón manifiesta: “Pero, pese a todo, yo creo como Usted, que el sacrificio del Comandante Che Guevara no ha sido en vano: su figura legendaria ya ha llegado con su ejemplo a todos los rincones del mundo y muchos anhelarán emularlo. Es que esta clase de sacrificios no sólo valen por lo que hacen, sino también por el ejemplo que dejan para los demás. Hasta su muerte, por la forma miserable en que se ha producido, ha tenido la virtud de mostrar claramente, con la clase de bárbaros que ha tenido que vérselas… Yo soy de los que piensan que, así como no nace el hombre que escape a su destino, no debiera nacer el que no tenga una causa para servir, que justifique su pasaje por la vida. Guevara ha sido el hombre de una causa y eso es suficiente para colocarlo en la Historia con valores propios e imborrables. Por otra parte, combatir con éxito o sin él contra el imperialismo, ha sido en todos los tiempos un sello de honor para los hombres libres y eso nadie lo podrá borrar del epitafio que Guevara tiene sobre su tumba incierta en el espacio, pero tremendamente verdadera en el tiempo".
Es la carta que Juan Perón escribe a Ricardo Rojo, Madrid, España, 2-8-1968.
Un breve racconto para recordar que el Che no era anti-peronista y que valoraba el pensamiento y accionar del pueblo peronista.
Tu mano gloriosa y fuerte
desde la historia dispara
cuando todo Santa Clara
se despierta para verte
Aquí se queda la clara
la entrañable transparencia
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara