Ernesto Rios. Aún nos acompaña su recuerdo de polémicas, verdades gritadas a flor de labio e ironías desparramadas contra la estupidez de los tilingos.
ERNESTO RIOS, COMPAÑERO DEL PENSAMIENTO NACIONAL, INGRESABA HACE UN AÑO AL COMANDO CELESTIAL.
jueves 10 de septiembre de 2009
-Escombros de silencio han caído sobre las argentinas y argentinos que se jugaron por cumplir con la obligación y deber sacros de Pensar la Patria. (Ernesto Adolfo Ríos; Prólogo a Grandes de entre casa de Pablo Hernández, 17/10/2006).
Aún nos acompaña su recuerdo de polémicas, verdades gritadas a flor de labio e ironías desparramadas contra la estupidez de los tilingos.
Amigo de lo punzante, de comentario rápido y áspero, filoso como navaja, pero niño eterno, lector insaciable, y docente de la vida jugado siempre por la causa nacional.
El adiós que no te pude decir en estos días me lo guardo para cuando nos encontremos entre los que admiramos en el cielo, peleando tozudamente por nuestras ideas y rezongando por quien primero tiene la razón.
Hermano, faltando tu presencia descubrí que grande me quedó el mundo y que chico mi corazón lleno de tu recuerdo.
Hasta siempre, compañero! Pablo Vázquez
-Ernesto ya monta guardia sobre los luceros para guiarnos con su estrella en el duro camino de pensar y luchar por la Patria.
Siempre estuvo dispuesto a esclarecer y ayudar a los que nos dedicamos al Pensamiento Nacional.
Hombre de fina ironía -como corresponde a las más lúcidas inteligencias- a veces era difícil de entender.
Sin duda, perdemos un gran compañero.
Descanse en paz compañero Ríos.! Fede Addisi
-Ernesto fué una esperanza para los que ya estamos casi al final del camino.
Siempre pensamos que era de la estirpe y la estatura
necesarias para recoger la antorcha que debe seguir su marcha hacia un mundo mejor.
Ernesto no era un caudillo, pero era la mente brillante que hacía falta para confirmar el camino o encontrar el rumbo.
Fuiste jóven y serás jóven desde hoy por toda la eternidad.
Que otro revolucionario jóven, Jesucristo, te reciba y te permita inspirarnos desde su reino. Eduardo Rosa
-Ernesto.......ese profe tan cabrón...y ese amigo entrañable que estaba siempre dispuesto a dar su apoyo en pos del pensamiento nacional.....
Ese hombre de imagen dura, con alma de niño.
La inteligencia hecha persona.
COMO LO EXTRAÑAREMOS!!!!!!
Sus invitaciones a los eventos, sus bromas, sus ironías......y la necesidad de sentirse querido camuflada en una actitud almidonada...............y al fin logro su objetivo!
Nos dejo hecho trizas.........sin su presencia. Lo que no podrá lograr es borrar los recuerdos y el cariño instalado en nuestro corazón.
Algún día nos encontraremos amigo! Mónica D Assisi
NOTA DE LA NAC&POP: No voy a agregar demasiado a lo que plantean los que compartieron con él su pasión por el revisionismo y el peronismo. Fue una persona de aristas muy complejas, con grandes detractores y admiradores. Lo conocí muy joven en la Facultad de Ciencia Política de Rosario, donde la pasó muy mal. Su defensa del catolicismo, del peronismo y del revisionismo histórico, lo hicieron el blanco de toda la "inteligencia" socialdemócrata de la facultad, de la que se tuvo que ir casi expulsado. En década del noventa, cuando entré en contacto con él, yo sostenía posiciones de ultraizquierda. Sin embargo, al escucharme decir, en una mesa del bar de la facultad, que "La historia que he vivido", de Carlos Ibarguren, era uno de los mejores libros políticos que había leído, hizo que Ernesto, que en aquella época debía tener 20 años, se acercara a quien esto escribe y empezara a hacerme preguntas de todo tipo. Por razones que no viene al caso contar en este momento, quería sacarme de encima ese "fantasma" que era para mí , mi paso por el nacionalismo "despoblado", siendo un adolescente. Al tiempo le regalé toda la biblioteca nacionalista que tenía, cuyos volúmenes más importantes eran la casi totalidad de los libros de "Dictio", sabía que él los iba a aprovechar mejor. Luego estuvimos distanciados mucho tiempo, hasta que hace unos años retomamos el contacto. Tiene razón Eduardo Rosa al decir que era una gran esperanza y un tipo brillante. Pero bueno, la muerte, esa ingrata, se lo llevó. Lo quiero recordar como un tipo de convicciones y gran inteligencia, va a ser difícil reemplazarlo. Deja un padre y una hermana excepcionales, de gran calidad humana. Su madre, ya fallecida, que fue la persona a la que más amó, también fue un ser extraordinario. Descansá en paz, Ernesto. Lo merecés. GUSTAVO BATTISTONI / R-P / NAC&POP