miércoles, 31 de marzo de 2010


EL GRANDE ALMA DE JUAN MANUEL

Rosas y el Paraguay

En 1842, Rosas negó el reconcimiento de la independencia paraguay que le solicitada Carlos López, basando su negativa, entre otras razones, en el argumento la separación de Paraguay de la Confederación debilitaría a ambos y seria nefasta por las intrigas y ambiciones de vecinos y extranjeros, cosa que resultó una profecía en vista de la hecatombe de la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay.

Luego Carlos López tomaría partido por los antirosistas que lo llevó al borde de la guerra con Rosas, y Paraguay no quedó ajeno a los sucesos de Caseros que desalojaron a Rosas del poder.

Para 1853, don Carlos López ya veía que la guerra con Brasil era inevitable.

Los conflictos limítrofes y la constante ingerencia de Brasil con que quería cobrarse el favor de haberle reconocido la independencia paraguaya en 1842 que Rosas le negara fundando las razones de su inconveniencia para ambos, hacían ver a don Carlos que los cañones brasileños se dirigirían contra Paraguay, y que necesariamente serían contestados con los cañones guaraníes.

El 14 de mayo de 1856, día de la fiesta nacional don Carlos López dio su discurso de alocución ante el cuerpo diplomático, que serían sensibles al general Guido:

-El mes de mayo es el mes de América, pues en él se hizo la revolución de la emancipación. Ningún resultado ha conseguido al Confederación Argentina porque ha perdido su nacionalidad y su patriotismo. Los hombres que la gobiernan solo cuidan de si y nada de la Patria. También en El nacional de Buenos Aires se escribe mucho de libertad, pero ella solo se goza en el Paraguay (…) El pueblo que busca la alianza del extranjero para batir al hermano se degrada y se hiere a si mismo. Mal aviene la independencia nacional con el tutelaje del extranjero (Cárcano, cit.por J.M.Rosa. La guerra del Paraguay.p.42)

Talvez para ese entonces don Carlos veía las cosas distintas respecto a Rosas, que a pesar de no reconocerle la independencia, tampoco lo agredió jamás, ni permitió que se lo hiciera por su territorio ni sus ríos.

Don Carlos vería ahora a Rosas con más simpatía, recordando la defensa de la soberanía en Vuelta de Obligado contra el imperialismo, y talvez estuviera arrepentido de haber sido su enemigo, formando una coalición en su contra y participando en la caída de Rosas en Caseros. Pero ya era tarde.

Sin rencores

Sombras y Verdades.

Pero en el alma grande de Juan Manuel no cabía el rencor ni la revancha contra el pueblo de Paraguay, y ya en plena guerra, cuando López ante los mismos enemigos de Obligado y Caseros se disponía a defender su soberanía más allá de todo humano, desde su exilio en Southampton, Rosas lega su Sable Libertador a Francisco Solano López: -Su excelencia el general D. José de San Martín me honró con la siguiente manda: -la espada que me acompañó en toda la guerra de la Independencia será entregada al general Rosas por la firmeza y sabiduría con que ha sostenido los derechos de la Patria… Y yo, Juan Manuel de Rosas, a su ejemplo, dispongo que mi albacea entregue a S.E. el señor Mariscal Presidente de la República paraguaya y generalísimo de sus ejércitos la espada diplomática y militar que me acompañó durante me fue posible sostener esos derechos, por la firmeza y soberanía que ha sostenido y sigue sosteniendo los derechos de su Patria… Juan Manuel de Rosas. (Archivo General de al Nación. Buenos Aires. Correspondencia Rosas-Roxas y Patrón, vol. 1867-1870)

El reconocimiento paraguayo

La correspondencia de Rosas demuestra que siempre tuvo simpatía hace el Paraguay y estuvo en contra de a guerra, como la mayoría de argentinos y uruguayos.

Aún después de la guerra, Rosas se interesa de la suerte paraguaya, y gestiona créditos para el postrado Paraguay.

El presidente paraguayo Rivarola agradeció la actitud de Rosas el 15 de mayo de 1871, por -el interés que ha mostrado en favor de este pobre país que ha quedado aniquilado en una guerra sin ejemplo.

También lo reconocería el presidente Jovellanos que le dirige el 9 marzo de 1872, y le ofrece -en nombre de todos mis conciudadanos hospitalidad entre nosotros, donde después de honrarnos con su aceptación, hallaría corazones que habrían de mitigar los sinsabores de su triste vida (Copia fotográfica en Papeles de Rosas de Saldías, II, 436 y 438 – J.M.Rosa. La guerra del Paraguay.p.52)


Fuentes:

- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
- Rosa José María, La Guerra del Paraguay.
- Saldías, Adolfo. Papeles de Rosas.
- Irazusta, Julio. Vida política de Juan Manuel de Rosas.
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar



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