miércoles, 23 de junio de 2010


LE SALTAN LAS LAGRIMAS A DIEGO…Y A MI TAMBIEN.

Por Martín García

Martes 22 de Junio de 2010

Le saltan las lágrimas a Diego.

Gol de Palermo,.

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Palermo viejo y peludo.

Una historia que continúa.

Un Diego Maradona serio, profundo, sensato, conductor de un grupo de súper millonarios convirtiéndolos en una banda de chicos del barrio dispuestos a dar todo por una divisa de azul y blanco color.

Rebobinemos. Nadie daba dos guitas por Palermo en el mundial. Algunos decían: Lo lleva como un premio. Como a una valija disfrazada de jugador. No porque Palermo no sea el goleador de toda la historia de Boca juniors. Sino porque es un veterano de 36 años de alcance local.

Porque Diego Maradona probó a muchos jugadores. Más que nadie.

Y uno piensa que Diego, era como un Papá Noel que premiaba con su mirada, con su convocatoria, a tantos tipos talentosos que tienen este país.¿Tantos grandes jugadores de fútbol! ¡Tantos científicos! ¡Tantos artistas talentosos!

Y Diego los elegía y los ponía a entrenar en Ezeiza y los convocaba para un partido, para dos, o no les tocaba entrar pero ya habían sido tocados por la varita mágica.

Es justo pesar que esos jugadores no iban a ser vistos o distinguidos por casi nadie más. Lo de Diego tiene algo de reconocer e incluir a los talentosos que estaban descartados. ¡Tantos grandes jugadores tiene Argentina jugando en el Primer Mundo! Que ¡Que te van a llamar a vos, que sos de cabotaje...!

¿Mirá si Orteguita estaba en buen estado y lo hubiera llevado igual?

Nadie probo a tantos jugadores como Diego…¿Buscando qué?

Buscando a una serie de jugadores que puedan hacer un equipo.

No se si te pasó que se siente (o me parece a mi), que se siente ese espíritu de cuerpo logrado ¿no? Da esa sensación de equipo unido, de banda de compañeros. ¡Compañeros!

Me da una cosa entrañable de verlos. ¡Son los nuestros!

¡Hay equipo!

Porque en el mundial todos las selecciones grandes tienen jugadores importantes y millonarios, pero…¿Qué hay que tener para salir campeón de entre todas ellas?

¿Qué es lo que distingue a una selección similar a tantas para que triunfe sobre las otras?

Un plus.

Y en el caso de Argentina el plus es Diego Maradona, el mejor futbolista del mundo de todos los tiempos.

Y Diego sabe, desde hace un tiempo, que su tarea es seleccionar entre los grandes jugadores que tiene Argentina y elegir entre ellos a aquellos que sean capaces de integrarse en un verdadero equipo.

En una banda como la de los Doce del Patíbulo.

Y ese también es el plus, el poder formar un equipo, que, como se ve en Francia, no es tarea fácil, ni siquiera para un entrenador ya laureado con un Campeonato Mundial.


Un Diego que elogia desmesuradamente a Otamendi, nuevito, recién estrenado, que jugo bien, pero Diego lo valora desmesuradamente como diciendo:-Es mi hijo y lo voy a defender a muerte y creo en él y fué -para mí-el jugador de la cancha y anda a discutirle a magoya! ¡Yo lo banco!

Y uno piensa que grande el día en que todos banquemos y seamos bancados, así, a muerte, que para un argentino no haya nada mejor que otro argentino...lejos muy lejos del consenso entreguista y el acuerdo espúreo y la unidad del bien y del mal.


Este Diego que quiso ser destruido sistemáticamente por la prensa del “sistema” que, naturalmente cumple –como siempre – ordenes superiores, ya que Maradona es hincha de Chávez y de Fidel y eso da vueltas por todo el mundo cada vez que existe la oportunidad de que Diego diga algo referido a la política hemisférica rompiendo la monotonía del discurso cipayo e imperial sobre Chávez, sobre Evo Morales, sobre Cuba, sobre el Eje del Mal.

Y en lo local, el Diego que apoya a Cristina y apoya a la Ley de Medios. ¡Destrúyanlo!

¡Hay que matar a Perón!

¡Bombardeen la Plaza de Mayo!

Este Diego es una alegoría –como dice mi amigo Di Lorenzo, de la Argentina misma.

Un tipo, un país, que se cae, se levanta, se enferma, se miente, se sincera, se reencuentra, se esfuerza, tiene grandes pérdidas, lo supera, se apoya en la familia en los momentos mas terribles, y vuelve a emerger.

A pesar de las bombas, de los fusilamientos, los compañeros muertos, los desaparecidos, no nos han vencido.

No hablo del futuro. Hablo del pasado y del pasado presente de este Mundial de Sudáfrica. Hasta hoy, que le ganamos 2 a 0 a Grecia.

Recordemos un poco las zonzeras de la revista Caras o Gente de los 60 y los 70.

Decían que Argentina no lograba éxitos en equipo, que solo lograba éxitos individuales: Guillermo Vilas, Gabriela Sabattini, Juan Manuel Fangio…pero que como grupo, como equipo, fracasábamos.

Después ganó Racing la Copa del mundo de clubes y repitió Estudiantes de la Plata, y luego el Club Atlético Independiente y siguieron más equipos y nadie se hizo cargo de las nuevas realidades.

“Ellos” se hicieron los fesas y miraron para otro lado, porque seguían pensando lo mismo y su pensamiento impregnaba todo el espacio del pensamiento oficial. Autorizado. Prestigiado por ellos mismos. Y por todos los boludos que repetían a cantinela como idiotas útiles, gorilas, tontos, retontos.

Esa boludez repetían Bernardo Neustadt, Mariano Grondona, todos los voceros del establishment. Desde la moda, desde el deporte y desde la política.

Argentina era inviable, por eso debíamos someternos a Ellos, como quien está inhabilitado para una tarea y solo puede funcionar bajo un tutor o encargado.

Argentina era inferior, debía tener vergüenza de sí misma, copiar a otros países y comunidades exitosas, no tirar papelitos, mostrarse derechos y humanos, tapiar las villa miserias para que no fueran vistas por los turistas porque ¡Que iban a decir de nosotros!

La designación de Maradona pareció un disparate, un capricho de Grondona, una concesión graciosa para terminar con el mito del Diego.

Solo había que esperar un poco.

Al principio las cosas le salieron bien a los Ellos.

Maradona perdió con Messi en Bolivia 6 a 1.

¡Vamos en coche! Pensaron.

Y le dieron y le dieron y le dieron.

-Es un gran jugador, pero de Director Técnico no sabe nada decían de Diego! ¡Casi lo hicieron una verdad revelada! ¡Miles de giles lo repetían!

Pero de las populares miraban de reojo y callaban. (A Diego no lo van a arrear así nomás, se prometían. El Diego es nuestro).

-Es un gran jugador, pero de Director Técnico no sabe nada, repetían hasta el cansancio.

-Pero sabe de la vida, boludosssss.

¡Sabe de fútbol, boludosssss!

¡Sabe lo que es un Mundial de Fútbol, boludosss, uno, dos, tres, cuatro y fracasó en uno, y ganó uno como juvenil y otro como grande y fracasó en otro más, y tuvo vergüenza y dolor, y salió sub campeón en otro, y casi lo gana, sabe, le duele en la piel, hay noches en que no puede dormir repitiendo la escena una y otra vez y a veces ríe y a veces llora.

Sabe, boludosss.

Es uno de los que más sabe del mundo.

Y su novela personal la conoce todo el mundo.

Y el mundo ha optado por quererlo, por seguir su novela, por acompañarlo.

Porque todo el mundo sabe de sus triunfos, de sus debilidades, de la droga, de la policía que lo llevo detenido, de las infidelidades, de Dalma y Yanina, de Claudia y el Luna Park, del Napoli y las estampitas de San Diego, de Mano Negra y Manu Chau, de Rodrigo y su canción bailable e inolvidable, el papa, del Rey, del Jeque, del Show Business, de sus despedidas, sus lágrimas, Diego...el pueblo te quiere, te respeta y te acompaña en el dolor de vos mismo porque te debe las mas grandes alegrías de una época de penas y deterioro colectivo.

Eso es lo popular de Diego, que todo el mundo disfruto de su talento inigualable y todo el mundo compartió su vida azarosa, difícil, y su lucha tanto más difícil, y sus estados, sus pesos, sus entrenamientos, su aislamiento en Cuba, su panza, su operación del estomago, cada uno de los capítulos de su novela, que entienden porque los sectores populares viven públicamente, en el barrio, sus tragedias y sus problemas, y sus fracasos y sus esfuerzos, y todos comparten esa lucha.

Lo entienden todo porque les pasa a todos o a algunos, a un hijo, a un padre, a una esposa, a una hija, a una tía, a la hija del tío del dueño del kiosko de la otra cuadra…son historias humanas donde la fortaleza comienza en la debilidad, en los fútil…

En ese abrazo, Diego, con Palermo,. Escuchamos ¡tantas cosas dentro nuestro!…Te vemos homenajeando a ese gran goleador.

Te vemos homenajeado a ese jugador gordo que sos vos en el fútbol de salón, jugando contra Valderrama, un jugador que quiere dar, todavía, lo mejor de sí mismo, y Palermo no te defraudó.

Hablemos de antes, de ahora que Palermo metió un gol a los griegos,

Palermo, el que erró tres penales, el viejo de 36 años que no puede ir a un mundial, el más grande goleador de Boca Juniors de todos los tiempos.

Hablemos de todos los tipos que siguen luchando ya mas viejos para tener un lugar en esta Argentina que vuelve y por tantos años le robaron.

Le robaron, si, le robaron.

Tantos músicos que nunca pudieron emerger por las mafias de la música atada a las multis, a los medios en manos del enemigo, a tantos que quedaron en las provincias, en los pueblos, tantas bailarinas, tantos plásticos…en un país achicado por el robo de ilusiones y del oro.

Mirémonos en Palermo.

Fue a Europa y no pudo revalidar. Se rompió. Hasta le cayó una pared encima. Estuvo meses y meses, ya grande, reestableciéndose para intentar volver a la alta competencia…

¿Te acordás cuando volvió y le metió un gol a River en el clásico? (Perdón los de River, que este recuerdo no es contra ellos).

¿Te acordás cuando prepararon un show para festejar su record y a ultimo momento salió que-en realidad- si tenían en cuenta esto o aquello, tenía que meter nosecuantos goles más, para alcanzar ese mismo record. Y bué. ¡Ya está! A seguir zapando y metiendo goles.

Palermo el de las pérdidas personales, infinitas, eternas, el que mira al cielo y se los dedica.

Palermo da una buena persona, tienen una actitud humilde, y agradece el amor, el reconocimiento, el festejo de la hinchada de los “barras bravas” cuando es anunciado su ingreso a la cancha, y también, antes, cuando la hinchada se lo pedía a Diego.

También los mails desde todas las partes posibles del país que entran a las computadoras de los canales pidiendo que Diego lo ponga.

Palermo es de los que no iban a venir si no los iluminaba la mirada del Diego.

Igual Palermo era Palermo y seguía metiendo goles y rompiendo records pero ¡Esto es un mundial, viejo! ¡Aquí están los mejores jugadores del mundo! Y Palermo tiene 36 años ¿A que lo traen? (A pasear…)

Y Palermo dijo ¡Piedra libre para todos los compañeros que no iban a venir y vinieron a través mío! ¡Yo confirmo que todos ellos estaban para venir! ¡Que todos ellos triunfaron conmigo y con los muchachos esta tarde-noche contra Grecia!

¡Ahí está! El Diego me pidió que entrara y definiera el partido y Yo –que ya había filmado un comercial que me mostraba con los brazos abiertos festejando algo que no había sucedido todavía-lo definí.

Agarré un rebote del arquero de un tiro del Gran Lio, y así como venía, la puse ahí, le dí un pase al arco, y entró, y el arquero ya no pudo hacer nada para evitarlo, y fue gol, fue un gol para nosotros, para el equipo, para los argentinos, para el pueblo argentino, para mi amor que está en el cielo, para los sentimientos, para Diego, para todos los que no iban a venir, del mundo.

Si boludo, lloremos, emocionémonos, estamos hablando del pasado no del futuro.

El futuro, el campeonato, la esperanza, lo que viene, es otra historia.

¡Viva Perón, Carajo!

¡Grande Diego!

¡Grande Palermo!

¡Una tarde inolvidable!

¿Somos un poco más felices en esta época, no?

Los días más felices…

¡Podemos hacerlo!

¡Podemos hacerlo!

Podemos hacerlo bien sin renunciar a ser nosotros, como somos nosotros.

¡Tú puedes!

MG/

(Esta nota no habla de los demás extraordinarios jugadores integrantes de la selección argentina, queridos nuestros, porque esta nota no se refiere al partido)

N&P: El Correo-e del autor es Martín García garciacmartin@gmail.com
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